Por: Aida Rivera

 

A medida que el mundo experimenta un salto cualitativo (quantum leap), los líderes se esfuerzan por hacer frente al impacto de esta transformación aceleradora en sus organizaciones. Las regulaciones más estrictas, los mercados emergentes, un solo universo virtual y la transición de generaciones con diferentes valores, patrones de vida y expectativas, están dictando las reglas de un nuevo orden social y económico.

 

Algunas empresas visionarias están aprovechando este fenómeno para obtener una ventaja competitiva; otro pequeño puñado de organizaciones ágiles y adaptativas están entrando con algo de rapidez al terreno competitivo, pero la mayoría de las empresas todavía están luchando con, o en contra de estas nuevas fuerzas de la evolución que establecen un nuevo orden. Estas organizaciones lentas y rezagadas insisten en ver este proceso de aceleración como un periodo o etapa cíclica o transitoria y mantienen sus organizaciones hibernando, mientras esperan una primavera que nunca regresará.

 

¿Cómo las organizaciones pueden acelerar su dinámica para aprovecha esta aceleración y logra resultados extraordinarios que parecen imposibles para otros? Lo primero, es comprender los factores ocultos que determinan la velocidad de respuesta y la capacidad de crear soluciones en las organizaciones. Las leyes de la ciencia física revelan que el ser humano es la única variable no lineal que, en la fórmula de éxito, determina el cambio y la evolución. Una vez esto se entienda, el segundo paso consiste en hacer un plan para crear intencionalmente, de forma temprana y acertada, una aceleración de la energía de la organización mediante las siguientes acciones: la inserción de energía de alta frecuencia, la expansión o aceleración de energía existente de moderada frecuencia y la disposición de energía tóxica.

 

El tercer paso es el identificar y activar la red de aliados comprometidos con la visión y con claro entendimiento de cómo alcanzarla. Estos serán los guerrilleros que promoverán, protegerán y

conducirán la transformación trazada hasta su culminación. El cuarto paso consiste en diseñar un plan de ejecución anticipando riesgos y oportunidades con relación a la meta. En esta fase se elabora un plan de implementación con enfoque progresivo y una estrategia de comunicación sabia, que lejos de contraer, expanda la resonancia de la empresa.

 

El último paso, tan importante como todos los anteriores, es asegurar una sabia conducción de la implementación. Será importante poder leer la dirección de los vientos para ir modulando la velocidad y el movimiento y poder rebasar la tormenta sin perder la embarcación. En este paso es importante mantener la expectativa alta, obtener algunas victorias rápidas (Quick Wins), derribar algunos muros de contención que parecían inamovibles y asegurar que los sistemas de la organización están en congruencia con la nueva forma esperada de hacer negocios. Esto permitirá avanzar en el objetivo sin perder la confianza de la gente, que después de todo, es el combustible real para mover la organización.

 

Para conocer más sobre este tema, participa en la Conferencia Anual de la Sociedad para la Gerencia de Recursos Humanos (SHRM-PR) del 12 al 14 de septiembre de 2018, en el Wyndham Grand Rio Mar, en Río Grande. Para más información, puede llamar al (787) 767-2141 o acceder www.shrmpr.org.