Por: Nicolas Jimenez y Maricarmen Burgos
La variación en los precios por el cuidado de la salud es un punto sensible para la economía de los países debido al impacto que tiene en el presupuesto, tanto de las empresas que procuran mantener los programas de salud para sus empleados, como para cada una de las familias que cuentan con estos planes. Según el estudio “Tasas de Tendencias Médicas Globales 2018” publicado por Aon, empresa líder mundial en servicios profesionales que ofrece una amplia gama de soluciones en materia de riesgos, retiro y salud, se prevé que para 2018 la inflación en los servicios médicos en Latinoamérica será del 13.9%. Esto es más del doble del promedio del índice general que se estima en 5.2% y refleja un comportamiento similar al año 2017, cuando las tasas promedio fueron del 14.2% y 6% respectivamente.
Este comportamiento marca una tendencia clara en la fluctuación de los costos de salud que, en los últimos cinco años, ha duplicado el índice general de inflación. Según Wil Gaitán, vicepresidente sénior y consultor global de Aon, «el costo de los servicios médicos sigue creciendo debido a muchos factores, incluyendo el envejecimiento de la población mundial, el declive de la salud en general, los hábitos y estilos de vida poco saludables en países emergentes, el cambio y traspaso continuo de costos a los planes de salud del sistema de seguridad social y el aumento en el uso de los planes otorgados por los patronos en muchos países».
En Latinoamérica, aunque este aumento se mantiene en un nivel de dos dígitos, la tendencia en la variación de la tasa refleja una leve disminución; mientras en 2015 se situaba en 16.7% de promedio para la región, hoy es casi 3 puntos porcentuales más bajo. Esto responde a una leve recuperación económica producto del aumento en la demanda local, apreciaciones en la tasa de cambio de algunas monedas y los bajos precios de los alimentos y la energía. Los componentes del costo en la salud están mayormente determinados por los gastos, los medicamentos y la tecnología que son importados y pagados en moneda extranjera, por lo que una moneda más fuerte redunda en menores costos de importación y, a su vez, en una menor variación de la inflación de los costos de los servicios médicos.
¿Qué tan favorable es este contexto para las empresas en Latinoamérica? A corto plazo, una menor inflación médica genera un incremento menor en los planes de salud. Garantizar la continuidad de este beneficio para los empleados es uno de los principales retos que enfrentan las empresas en todos los países. Por lo tanto, un ahorro económico repercute en una oportunidad de inversión en actividades de prevención en la salud, cuyo retorno se mide en términos de mejor bienestar de la población, menores costos por enfermedades crónicas y catastróficas, mayor satisfacción frente al beneficio, mayor productividad, menor ausentismo y mayor compromiso de los empleados, entre otros.
Los malos hábitos de salud: el principal impulsor del costo médico
Como consecuencia de esto, los esfuerzos de los patronos para ayudar a sus empleados a entender sus propios riesgos de salud, así como las acciones para mejorarla, deben ser mayores y más frecuentes. La encuesta reveló que en Latinoamérica las tres condiciones principales que aumentan las reclamaciones médicas son las enfermedades no transmisibles (ENT): cáncer/crecimiento de tumor, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Esto coincide en cierto modo con lo observado en Puerto Rico, donde las tres principales condiciones son: enfermedades cardiovasculares y diabetes, seguido por enfermedades respiratorias. A su vez, los factores de riesgo que se esperan sean impulsores de costos en Latinoamérica están todos relacionados con estilos de vida poco saludables: hipertensión o presión arterial alta, mala nutrición y obesidad/colesterol alto. Sin embargo, en Puerto Rico varían, ya que en el 2018 se espera sean impulsores de costos el cáncer, las condiciones musculoesqueletales y las condiciones cardiovasculares. Los tratamientos para estas condiciones suelen ser muy costosos, razón por la cual figuran como los principales impulsores del gasto médico. Pero, en términos generales, en la isla se observan condiciones en la población similares a las que se reportan en Latinoamérica.
Estrategias empresariales para minimizar los aumentos en los costos médicos
Aunque esta tendencia es preocupante, la buena noticia es que estos factores de riesgo se pueden reducir mediante una detección oportuna y una estrategia de prevención que involucre activamente a la población. A diferencia de otras regiones del mundo -Norteamérica, Asia Pacífico y Europa- donde la primera medida es la contención de los costos médicos, en Latinoamérica, las empresas han elegido iniciativas de bienestar o ’wellness’ como su estrategia para minimizar los aumentos en los costos de salud. Esta estrategia consiste en la implementación de programas para incentivar la actividad física y la nutrición saludable, con actividades educativas según los conceptos del buen estado físico o ’fitness’ y bienestar o ’wellness’, con enfoques innovadores y diferenciando los intereses particulares de los distintos segmentos generacionales dentro de las organizaciones.
También, se fomentan exámenes de detección temprana de ciertas enfermedades y condiciones, haciendo énfasis en el cáncer -especialmente para las patologías de mayor prevalencia en hombres y mujeres- y en el diagnóstico de los riesgos mencionados anteriormente. Estos se realizan a través de chequeos médicos ofrecidos por el patrono, con el fin de iniciar cualquier tratamiento médico requerido de manera oportuna, sin esperar necesariamente a que la sintomatología se manifieste.
Estos programas no deben pasar por alto el bienestar en el lugar de trabajo. El enfoque histórico de estas iniciativas ha dado énfasis sobre el bienestar físico, pero lo que se está viendo actualmente es el bienestar general; es decir, abordar el tema de salud de una manera integral. Debido a que no existe una respuesta simple o un enfoque único para la salud y el bienestar, una visión holística puede generar mejores resultados en todas las dimensiones: emocionales, laborales, financieras, sociales, ambientales y físicas.
En Puerto Rico, se prevén cambios significativos en las estrategias de las empresas para minimizar los aumentos en los costos médicos. Para el 2017, las empresas tomaron las siguientes medidas como principales acciones de mitigación: cambios en el diseño del plan, costos compartidos y redes de proveedores. Si bien las empresas en la isla planificaron revisar sus estrategias de costos compartidos en el 2018, debido al impacto del huracán María y la situación económica, la mayoría de los patronos han decidido congelar o mantener los costos compartidos durante el año corriente. Asímismo, los patronos a nivel local dicen estar considerado implementar redes de descuentos e iniciativas de bienestar.
En términos generales, en Puerto Rico, las iniciativas de bienestar dirigidas al cuidado de la salud son ofrecidas a través de la aseguradora o administrador del plan de salud. Estas iniciativas incluyen: evaluaciones avanzadas, planes educativos que incluyen materiales de comunicación, programas de especialistas de salud, entrenadores y programas de incentivos, intervenciones de bienestar relacionadas con alimentación saludable, cesar de fumar, actividad física, peso saludable, cuidado de la espalda, reducción de las enfermedades del corazón y programa de asistencia al empleado (EAP, según sus siglas en inglés). Reconociendo que el bienestar considera varias dimensiones, los patronos están implementando y/o evaluando implementar, durante los próximos 3 años, programas de bienestar dentro del ambiente de trabajo, ofreciendo: arreglos de horario flexible, estaciones de trabajo ‘sit-to-stand’, alimentos saludables en el lugar de trabajo, yoga, membresías/descuentos en gimnasio o gimnasio en el lugar de trabajo, entre otros.
Una diferencia importante entre Latinoamérica y Puerto Rico es que la medicina socializada está disponible solamente para la población médico indigente, bajo un nivel establecido de pobreza. El sector asalariado descansa principalmente en el sistema de salud privado, donde el patrono asegura cubierta médica a través de un asegurador privado; es el asegurador quien contrata redes de proveedores y es responsable de garantizar un nivel de cubierta mínimo en cumplimiento con los estándares estatutarios. Se prevé que para 2018 en Puerto Rico, la inflación en los servicios médicos será de 7.2%, lo que mantiene su tendencia en baja, frente al 8.0% y 7.5% observados en el 2016 y 2017, respectivamente.
——–
Nicolas Jimenez es Economista y Administrador de Negocios Internacionales, especialista en Finanzas, con más de 5 años de experiencia en el sector asegurador, específicamente en las áreas de Finanzas y Health & Benefits (Salud y Beneficios) en Aon Colombia. Ha liderado la planeación y ejecución de proyectos de ‘Innovation and Analiytics’, así como el desarrollo de negocios y estructuración de ofertas a nivel local. Actualmente, es responsable de la implementación de la estrategia de ‘Analytics’ para Aon Latinoamérica, junto con el Centro de ‘Innovation and Analytics’ de Aon en Singapur.
Maricarmen Burgos es Ingeniero Industrial con maestría en Administración de Empresas con más de 15 años de experiencia en manejo de programas y proyectos. Los últimos 6 años se ha dedicado al área de consultoría y corretaje de beneficios grupales., Maricarmen fue responsable de la implementación del primer “Health Exchange” privado en Puerto Rico. En 2017 lidero el lanzamiento del “Benefits Outlook” — la primera encuesta de beneficios de Aon en Puerto Rico – logrando la participación de empresas de diversos tamaños e industrias que representan 43,000 empleados del sector privado en PR. Actualmente lidera los negocios de Salud & Beneficios y Consultoría de Recursos Humanos de Aon en Puerto Rico con un equipo de más de 30 profesionales.